8.6.10

Dieciocho veranos :)

He aprendido que hablar puede aliviar los dolores del alma, he descubierto que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla, y que también puedo hacer cosas de las que me arrepentiré el resto de mi vida... Aprendí que las verdaderas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no importa qué es lo que tienes, sino a quién tienes en la vida... que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir. Me dí cuenta de que puedo pasar buenos momentos contigo haciendo cualquier cosa o nada, sólo por el placer de disfrutar de tu compañía... Descubrí que muchas veces me tomo a la ligera a las personas que más me importan. Aprendí que no importa a donde llegue, sino a donde me dirijo y si no lo sé, cualquier lugar me sirve... Aprendí que si no controlas tus actos, ellos te controlaran a ti y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuan delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados. Aprendí que la paciencia requiere mucha práctica. Descubrí que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte. Pues bien, madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos.